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Dr. Daniel Ríos expuso sobre evaluación en tiempos de pandemia en la U. Católica Silva Henríquez
Por César Calquín
La charla estuvo dirigida a estudiantes que realizan su proceso de práctica en distintos contextos educativos: escuelas especiales (discapacidad intelectual); escuelas hospitalarias; escuelas regulares con o sin PIE generando equipos de trabajo colaborativo para favorecer y apoyar el aprendizaje y participación de los niños/as y jóvenes en etapa escolar.
Hacia una nueva cultura educativa
La presentación del Dr. Ríos se tituló La Evaluación en Respuesta a la Diversidad en Tiempos de Pandemia y se basó en cuatro conceptos principales, como los tiempos de pandemia en que nos encontramos, considerar los aprendizajes de calidad en este contexto, evaluar para el aprendizaje y responder la interrogante ¿hacia una nueva cultura evaluativa: inclusiva y diversificada?
Para comenzar señaló que la crisis sanitaria mundial, efectivamente ha traído efectos sociales, económicos, culturales, familiares y, por supuesto, efectos en el sistema educativo.
Bajo este contexto, mencionó la existencia de una diversidad escolar y priorización curricular que ha llevado a implementarse en la docencia remota, a través de metodologías sincrónica y asincrónica, considerando lo que señala el decreto 67 de evaluación, para poder lograr una evaluación para el aprendizaje y así evitar la incertidumbre permanente.
A su vez, aseguró que, para poder lograr los aprendizajes de calidad, primero hay que destacar que la escuela cumple un rol como estructura social y formadora, que cuenta con un proyecto educativo institucional, así como los planes de estudios y su arquitectura curricular.
Además, sostuvo que es importante considerar a los estudiantes como sujetos diversos, con distintas habilidades, tales como sociales, cognitivas y emocionales, que desarrollan hábitos de estudio y motivaciones escolares.
Priorización curricular
El académico también se refirió a la priorización curricular propuesta por el Ministerio de Educación para este año, considerando el contexto y que se divide en el nivel mínimo, que considera la selección de objetivos imprescindibles, esenciales para avanzar a nuevos aprendizajes.
Así como en el nivel superior, donde es clave la selección de objetivos integradores y significativos, para que los estudiantes adquieran aprendizajes para integrarse como sujetos activos frente a los desafíos sociales, además de desarrollar aprendizajes integradores para transitar por distintas áreas del conocimiento.
Respecto a la evaluación para el aprendizaje, el principio de accesibilidad universal y enseñanza diversificada, intencionalidad formativa y sumativa, en contexto de los desafíos desde el decreto 67, analizó el ciclo de la evaluación formativa, destacando la importancia de la retroalimentación.
En cuanto a lograr una evaluación auténtica, el Dr. Ríos sugiere proveer evidencias reales y vivencias de los estudiantes con relación a los aprendizajes, sean estos de conocimiento, habilidades y actitudes. Además, de promover los procesos metacognitivos con vista a la autorregulación de los aprendizajes, considerando el análisis documental, pruebas situacionales, el portafolio, las rúbricas, los estudios de casos, informes, ensayos, posters y diarios Murales.
El estudiante como agente constructor
Para cerrar, el profesor Ríos, destacó las herramientas claves coherentes al decreto nº 67 y las orientaciones esenciales desde este decreto, entre los que destacan las tareas de desempeño de alto nivel cognitivo, disciplinar y actitudinal, así como las tareas de desempeño que implican multiplicidad de habilidades y actitudes en ejercicio.
Además, destacó al estudiante como agente constructor de su propio aprendizaje, considerando la valoración que realizan sobre sus aprendizajes, las condicionantes que se presentan en su construcción y acerca de sus procesos, cognitivos y afectivos involucrados.
Por último, planteó la interrogante que si este es el camino para una nueva cultura educativa, poniendo énfasis en el centro educativo en los contextos sociales, económicos, culturales, políticos, tecnológicos, las creencias, pensamientos, habilidades, valores y actitudes de los miembros de las comunidades educativas, los PEI, Proyecto Curricular, planes, programas, con el liderazgo directivo, curricular y pedagógico, para lograr innovación y rutina, que permita la diversificación de la enseñanza y la evaluación, considerando a los estudiantes en el centro del proceso de enseñanza de aprendizaje, para lograr una evaluación para el mismo y dejar atrás incertidumbre permanente.
Fuente: Taller Ampliado de Prácticas Profesionales - Daniel Ríos.
Cobertura: César Calquín.
Redacción: César Calquín.
Edición: Camila Vásquez.
Foto: Pantallazo Taller.